viernes, 12 de julio de 2013


AMAR AL  PRÓJIMO, ES OCUPARNOS DE ÉL, Y EN ÉL AMAR A DIOS
Este Domingo el Evangelio, nos presenta la Parábola del Buen Samaritano, nos preguntamos:¿ con cuál de los tres personajes, nos identificamos.? ¿Estamos apurados por llegar al Templo, que no tenemos tiempo para ver lo que pasa a nuestro alrededor y menos ocuparnos de los necesitados, o realmente en ellos en los heridos del camino es donde encontramos a Jesús?
Para ocuparnos de los heridos del camino, muchas veces debemos ensuciarnos las manos, ponernos en sus zapatos, caminar junto a ellos, dejar de lado nuestras comodidades, perezas, temores, es el Señor quien nos llama, quien pone en nuestro camino a esas personas necesitadas, ¿hasta donde estoy dispuesto a llegar?
Hay mucho por hacer: visitar enfermos, presos, personas que están solas, hogares de ancianos, familias en asentamientos, niños en situación de calle, y podríamos seguir con la lista.
No hay tiempo para perder el llamado es ya, en la repuesta está nuestra Fe, ¿tenemos una fe viva o una fe muerta?
El Señor nos llama a ocuparnos del prójimo, en el tiempo de Jesús el prójimo era el familiar, padre, madre, hermano, pariente, pero con la Parábola del Buen Samaritano, el Señor nos muestra que prójimo es todo ser humano, sea creyente, o no, de la raza que sea, en él está Dios, todos somos creación suya, por ello debemos cuidar la mayor obra de Dios: el ser humano.
QUE EL SEÑOR LOS BENDIGA Y HAGA BRILLAR SU