El Evangelio de este Domingo, XVI, del Tiempo Ordinario, el Señor, sigue hablando en Parábolas, lenguaje, cercano y que ellos entendían muy bien, la Parábola, hace pensar, meditar y rumiar la Palabra, hoy en día esta Parábola del Trigo y la cizaña, debe hacernos pensar, ella nos cuestiona.¿qué semilla somos, y por qué?Nuestras obras deben avaluar, si somos semilla buena, o cizaña, ¿ construimos, unimos, trabajamos en pos del Reino, los necesitados son nuestra prioridad, nos ocupamos y preocupamos por los demás, o somos cizañas, nos metemos en todo, obstaculizamos la expansión del Reino y el Anuncio de la Palabra. Ser buena semilla, es llevar la Buena Nueva a los demás, CREER EN LA PALABRA, VIVIR LA PALABRA Y ANUNCIAR LA PALABRA. Vivimos en una sociedad, donde hay necesidad de expresarse y ser escuchada, ¿qué escucha soy para mis hermanos, los escucho de corazón, o escucho lo que me interesa oir?
Les llevo la esperanza, los acompaño y valorizo, o los critico, deseo que cambien ellos, o debo cambiar yo, para entenderlos. DEBO MIRAR, OIR Y ACARICIAR A LOS HERIDOS DEL CAMINO, CON LOS OJOS, OIDOS Y MANOS DEL SEÑOR.
Tenemos un arma poderosa, para alejarnos de las cizañas, o desterrarlas de nuestras comunidades, es la Oración, Oración confiada, personal y comunitaria, sentir el gozo de la presencia del Señor, al Orar, al ponernos en su presencia, la Oración nos fortalece, nos defiende del maligno, y nos aparta de las tentaciones.
Queridos Hermanos, oremos por nuestra Santa Iglesia, por nuestras comunidades, por nuestros pastores,por nuestros ministros, por los consagrados, por todos los fieles, que el Señor escuche nuestras suplicas, se apiade de nosotros. FELIZ SEMANA, QUE EL ROSTRO DE CRISTO BRILLE SOBRE TODOS.
jueves, 17 de julio de 2014
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