domingo, 26 de diciembre de 2010

Había una vez un hombre que por las noches caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida. La ciudad era muy oscura en las noches. En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce, se da cuenta que es Guno, el ciego del pueblo entonces, le dice: ¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano? Si tú no ves…

Entonces, el ciego le responde: -Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean a mí
No sólo es importante la luz que me sirve a mí sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella.
¿No sabes que alumbrando a otros, también me beneficio yo, pues evito que me lastimen otros que no podrían verme en la oscuridad?
Cada uno de nosotros puede alumbrar el camino para uno y para que sea visto por otros, aunque uno, aparentemente no lo necesite.
Alumbrar el camino de los otros no es tarea fácil, muchas veces en vez de alumbrar, oscurecemos mucho más el camino de los demás. ¿Cómo? A través el desaliento, la crítica, el egoísmo el desamor, el odio, el resentimiento… ¡Qué hermoso sería si todos ilumináramos los caminos de los demás, sin fijarnos si lo necesitan o no! Llevar luz y no oscuridad. Si toda la gente encendiera una luz, el mundo entero estaría iluminado y brillaría día a día con mayor intensidad.

Todos pasamos por situaciones difíciles a veces, todos sentimos el peso del dolor en determinados momentos de nuestras vidas, todos sufrimos en algunos momentos y lloramos en otros. Pero no debemos proyectar nuestro dolor cuando alguien desesperado busca ayuda en nosotros. No debemos exclamar como es costumbre: ‘La vida es así’ llenos de rencor y de odio. No, al contrario, ayudemos a los demás sembrando esperanza en ese corazón herido. Nuestro dolor es y fue importante, pero se minimiza si ayudamos a otros a soportarlo, si ayudamos a otro a sobrellevarlo.
Luz, demos luz. Tenemos en el alma el motor que enciende cualquier lámpara, la energía que permite iluminar en vez de oscurecer. Está en nosotros saber usarla. Está en nosotros ser Luz y no permitir que los demás vivan en las tinieblas

Posiblemente tu te preguntaras que tienen que ver estas palabras , hoy Día de la Sagrada Familia, justamente, hoy precisamente necesitamos Familias que sean luz y ejemplo, en el amor, en el cuidado y trato con los hijos, tener tiempo para ellos, estar para cuando se nos necesite, buscar siempre sumar, construir y nunca restar, ni destruir, apostar a la vida, preservar esa vida que llevas dentro, o que camina junto a ti, que depende de ti, esa vida que Dios a confiado a tu cuidado. Construyamos familias, a ejemplo de la Familia de Nazaret. Humildad, amor, confianza y fe en Dios.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Hoy nos ha nacido El Salvador, esta media noche podremos decir con jubilo y felicitarnos, porque Dios está con nosotros, el gran esperado de los tiempos, ha elegido tu humilde morada para nacer, abrele las puertas y ten todo preparado, El no quiere lujos, le gusta lo humilde. , , este Dios que desea que seamos felices, para lograrlo unicamente tenemos que abrirle la puerta de nuestro corazón.Esta es la gran noticia, la que debe opacar a todas las otras: HOY NOS HA NACIDO EL SALVADOR. DIOS ESTA CON NOSOTROS. FELIZ NAVIDAD
Desde donde estemos al elevar la copa, elevemos tambien una plegaria a Dios, para que haya mucha paz, para que en cada hogar reine la esperanza la alegría, para todos una muy bonita Navidad, que Dios Padre, Hijo y E.S., esté siempre contigo y tu familia

sábado, 11 de diciembre de 2010



¿Dónde estamos?.

El estar dentro o fuera, marca la diferencia en los paisajes.

El estar con Dios o sin Dios, marca la diferencia en las personas.

El sentirse amado o no amado, marca la diferencia en la manera de amar.

El ser o no ser, marca la diferencia en la vida de nuestro derredor.

El seguir o no seguir, marca la diferencia en el camino que se elige para recorrer.

El estar compartiendo este tiempo de nuestras vidas con la comunidad María Auxiliadora de José Enrique Martínez (La Charqueada),

Marca la diferencia en este Adviento, que es tiempo de espera, tiempo de allanar los caminos y juntos buscar esperanzas para encontrarnos

y agradecer a nuestro salvador.

A veces en el desierto de la vida sentimos que los tiempos son muy difíciles (nos falta fe, y muchas veces creemos que podemos prescindir

de Dios) y buscamos la felicidad donde no esta. Somos inconcientes y nos alejamos de la verdadera felicidad que esta en Amar y seguir al

Señor, que es Camino, Verdad y Vida.

Cuando andamos en misión, aceptamos un compromiso personal con el hermano y con el Resucitado, un llamado a vivir la voluntad de

Nuestro Padre, que no trae muchas recompensas humanas, pero si la inmensa alegría de hacer algo por el otr@.

Es tiempo de no quedarnos quietos en este adviento, la invitación es entonces a unirnos a esa Voz que clama en el desierto y así

despertemos a nuestro corazón para compartir los dones que nos han sido dados. Sabiendo que el Señor nos recompensará con muchas

experiencias nuevas. Sintiéndonos queridos, en familia, en su compañía y alegres por compartir lo que seamos y tengamos.

Lucia y María (Equipo Misionero Itinerante.)