martes, 13 de marzo de 2012


Tanto Amó Dios al Mundo…


Si fuéramos realmente conscientes de cuánto nos ama Dios ¿cómo podríamos permanecer indiferentes o rehusar nada a Dios? Si creemos firmemente que él nos encuentra dignos de amor, ¿cómo pudiéramos no poner nuestra confianza en él? Él no nos fuerza: simplemente nos invita: "Éste es mi amor hacia ti; ¿te gustaría aceptarme a mí y mi amor? ¿Te gustaría compartir mi amor con otros amándoles a ellos también?" ¿Qué respuesta le damos a Dios, por medio de Jesucristo?. En este Tiempo de Cuaresma, DEBEMOS Orar mucho y pedirle al Señor, que nos guie, que nos muestre el camino, que nos fortalezca en la fe, para poder decirle al Señor: Tu eres realmente el Hijo de Dios, nuestro Seños, solo a Ti deseo seguir y servir.

En estos días varias personas, me han dicho o preguntado respecto a lo que se dice que los católicos adoramos imágenes, esa confusión se debe a las imágenes que hay en nuestros Templos y que los católicos tienen en sus hogares pero no adoramos esas imágenes, la más común el crucifijo.
Damos al crucifijo un lugar de honor. ¿Quiere ello decir que debemos amar las cruces? No, pero indica que creemos en nuestro Señor crucificado y que le amamos de corazón. Él nos salvó por su cruz y resurrección. Él es la señal de que Dios nos ama tanto que nos entregó a su único Hijo para traernos perdón, vida y amor. Es a Cristo Jesús a quien alzamos nuestra mirada buscando fuerza para llevar las cruces que vienen a nosotros en las dificultades de la vida. También le miramos buscando alegría y felicidad en nuestro peregrinar y buscando vida eterna más allá de la muerte. Con Jesús celebramos , en la eucaristía, el memorial de su sacrificio en la cruz y de su resurrección.

Líbranos, Señor, de nuestros pecados,
de nuestra cobardía ante el temor al cambio
y ante la defensa de los débiles.
Danos la seguridad de que tú estás con nosotros
en nuestras luchas y tentaciones,
y de que tu gracia puede vencer al mal.
Que marchemos hacia adelante sin miedo
y que preparemos la venida gloriosa entre nosotros
del reino de bondad y misericordia
de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo.