viernes, 31 de agosto de 2012

SETIEMBRE MES DE LA BIBLIA


El mes de Setiembre es el mes de la Biblia ¿Has pensado que vas a hacer tú y tu comunidad, para honrar la Palabra especialmente en este mes?
Nosotros en Charqueada vamos a comenzar este Domingo con la Intronización de la Biblia. Intronización Litúrgica: Se viste la mesa que simboliza el altar (recordando que en la antigüedad el altar era construido con doce piedras, símbolo de las doce tribus de Israel; se explica que dentro del templo lo mas importante es el altar que representa la mesa del sacrificio, donde se consagra el pan y el vino que luego se guarda( el pan) en el sagrario), el mantel blanco de Lino (que era en ese tiempo lo más fino, digno solo de un rey y representa la pureza por su blancura), las flores (siempre naturales que simbolizan la palabra viva de Dios), la luz (el fuego del Espíritu Santo), la Biblia (la Palabra de Dios con la que hoy se comunica con su pueblo).
San Ignacio de Loyola decía que diariamente había que leer la palabra porque ésta es fuente de contemplación y compromiso, principalmente alimento para el alma, celebración comunitaria, anuncio de salvación.
Este año, acá vamos a leer pasajes de la Biblia, todos los miércoles de Setiembre a las 17:00 y luego hacer un comentario comunitario, también vamos a visitar los hogares y leer en familia la Palabra.
Es importante darle mucha difusión, no centrarnos únicamente en los de adentro , sino también abrir las puertas a los de afuera.
Debemos tomar conciencia que la Biblia no es un libro más, es la Palabra de Dios. Es una carta de amor de Dios a nosotros, a cada uno de nosotros, por eso te invito a que descubras que es lo que Dios te dice, lo que espera de ti, es Tu Padre amoroso que te habla, escúchalo desde el corazón, abre tu corazón a su Palabra.
Aparecida presenta en su capitulo tercero: Así se mira la realidad con ojos iluminados por la fe y un corazón lleno de amor, proclama con alegría el Evangelio de Jesucristo para iluminar la meta y el camino de la vida humana, y busca, mediante un discernimiento comunitario abierto al soplo del Espíritu Santo, líneas comunes de una acción realmente misionera, que ponga a todo el Pueblo de Dios en un estado permanente de misión
Te voy a contar la historia de un sacerdote que había sido abandonado por sus feligreses.
Y salió anunciando por la calles que la Iglesia se había muerto y los invitaba a todos a la misa del funeral de la Iglesia, decía:”será la última vez que tendrán que ir”.
El pueblo comentaba: ¿Qué será? Es mejor que todos vayamos y así no estaremos pecando y los domingos podemos ir tranquilamente a la cancha o al cine o quedarnos durmiendo, etc.
Ese domingo el Templo estaba lleno y adelante un féretro, todos se preguntaban ¿Quién estaría allí? Después del oficio religioso el sacerdote invita a todos los presentes a que pasen a despedirse de la Iglesia muerta.
De uno en uno fueron pasando y al mirar dentro de la urna lloraban desconsoladamente. Así fue sucediendo con todos y nadie se retiraba.
Lo que había dentro del cajón era un espejo y todo el que se miraba comprendía que era él el muerto, que no había cumplido su compromiso con Dios.
Esto es un cuento, pero es una realidad y debemos preguntarnos cada uno desde el fondo de nuestro corazón, si con nuestros actos, pecados, habladurías, malos comportamientos, indiferencia a Dios y a su Iglesia, el no alimentarnos de la Palabra de Dios, el no querer ser parte de la comunidad que se reúne para alabar a Dios. Cada uno sabe si ha cumplido su compromiso con Dios o si le ha dado la espalda, es el momento de acercarnos al Señor y a su Santa Iglesia, pero no lo dejemos para más adelante, el Señor te está esperando a ti y a tu familia, no le falles, el te ama y te llama, por eso te invitamos que le regales una hora de tu tiempo al Señor, te esperamos este Domingo a la hora 16:00 en la Parroquia, a tu encuentro con Jesús
JESUS TE AMA, BUSCALO Y AFERRATE A ÉL

lunes, 20 de agosto de 2012



DÍA DEL NIÑO Y  DÍA DE LA CATEQUESIS
Dos domingos, para el recuerdo, nuestra comunidad, festejó el día del niño el domingo 12, con juegos, cantos, alegría, tortas, pizas, bebidas y una gran torta, realmente se divirtieron los niños, y la recompensa por nuestro trabajo fue ver las sonrisas de ellos, en un tiempo de escasez, hay que ser creativos y lo fuimos al involucrar en el festejo a la Junta Local, al MEC, a Panadería Manos Unidas y grupo de recreación Homoluden y entre todos se hizo posible una hermosa fiesta para ellos.
 Este domingo 19, Día de la Catequesis, se comenzó con un almuerzo entre todos los catequistas de la Parroquia y su familia, hubo juegos, regalos y el canto del Cataeco, de almuerzo compartimos unos ricos ravioles y de postre una gran torta, luego a las 16:00 horas la Celebración de la Palabra de Dios, donde nos acompañó la comunidad y muchas personas más, fue una hermosa celebración, hubo un gesto que hicieron los catequistas, palabras de una de ellos. Realmente damos gracias al Señor ( el Pan Vivo, bajado del Cielo), por este hermoso domingo vivido acompañados de tanta gente, era la primera vez que festejabamos juntos el Día de la Catequesis.
Que el Señor ilumine a todos los catequistas, para que el mensaje se siga propagando e ilumine a todos los catequizando para que abran los oidos y el corazón a la Palabra.

domingo, 19 de agosto de 2012


FELIZ DÍA DE LA CATEQUESIS
FELIZ DÍA CATEQUISTAS
"Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautíncenlos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes...   Mt. 28,19

Este Domingo 19 de Agosto es el Día de la Catequesis, algunos confunden este día, y lo denominan día del catequista, pero la Catequesis, es mucho más, es : el mensaje, anuncio del Kerigma, el catequista, transmisor del Mensaje y los catequizando, o destinatarios del mensaje.Antes del Concilio Vaticano II, la catequesis, no tenía la importancia que le dio el Papa Pablo VI, y hoy en día se la considera fundamental para la Evangelización. Es cierto que aún hay lugares donde la Catequesis no tiene , o no se le da la importancia que se debería.Hasta no hace mucho en lugares más apartados, iban unos misioneros por unos días y bautizaban, daban Primera Comunión e incluso confirmación , los destinatarios de estos Sacramentos, muchas veces no sabían ni que recibían, que era realmente la Gracia de Dios. No es una crítica a los Misioneros, por los cuales damos gracias a Dios por su presencia y disponibilidad, pero lo que digo que unos pocos días no alcanzaban, si luego no había una continuidad, que es precisamente lo que nos da la Catequesis hoy
 El Concilio Vaticano II nos ayudó a descubrir la importancia de la catequesis. El papa Pablo VI la ejerció con cuidado en las audiencias semanales. Y posteriormente, en la exhortación «Catechesi tradendae», Juan Pablo II nos resumió la riqueza de observaciones y reflexiones que los Padres Sinodales habían aportado a la misión catequética de la Iglesia.
¡La misión! De eso se trata precisamente. La catequesis forma parte de la misión profética de la Iglesia. Es una forma privilegiada e imprescindible de la Evangelización. La Iglesia no puede prescindir de la catequesis. Ha de promoverla, cuidarla y revisarla en cada tiempo y lugar de su peregrinación.

Es cierto que la catequesis comienza ya en el seno de la familia cristiana. Los padres son los primeros llamados a enseñar a sus hijos a orar. Son los indicados para introducirlos en el campo de los símbolos de la fe que profesamos, de la vida divina que celebramos y del comportamiento que nos define como cristianos.

Que hermoso era esto cuando los padres, responsables de su compromiso con Jesús, mandaban y acompañaban a sus hijos a la Catequesis, hoy ha cambiado mucho, ya la mayoría de los padres se desentienden, no son ellos los primeros educadores de sus hijos, y no les importa si van o no a Catequesis, les da lo mismo, que pena, a lo que hemos llegado a la prescindencia de Dios, por ello tenemos la sociedad que nos merecemos, donde no hay respeto, tolerancia, compasión, padres que asesinan a sus hijos , ya sean bebés, niños, jóvenes, adultos,¡ a donde hemos llegado!

La catequesis ha de introducir a los catecúmenos en el corazón de la fe cristiana. Su objeto es Jesucristo, su vida y su mensaje. Hay que transmitir su mensaje sobre Dios y sobre el hombre. Hay que comunicar su vida recordada y proclamada con fe, celebrada con ardiente esperanza e imitada y servida con entrega y caridad.

Pero nada se puede improvisar. Los catequistas han de prepararse continuamente para hacer suyos esos contenidos, para vivirlos coherentemente y para transmitirlos con claridad y fidelidad. El mensajero ha de ser fiel al mensaje. Porque el mensaje trasciende al mensajero que recibe este don y asume esta tarea.

A todos los Catequistas, les deseamos que este Domingo sean acompañados por las familias, en la Celebración, donde se da Gracias a Dios por el llamado, la formación, la comunidad que acompaña y por los niños, jóvenes, adultos y ancianos que se acercan a recibir las enseñanzas del Señor. 
Oración del catequista
Señor,
Haz que yo se tu testigo
Para comunicar tu enseñanza
Y tu amor
Concédeme poder cumplir
la misión de catequista
Con humildad y profunda Confianza
Que mi catequesis sea un
Servicio a los demás
Una entrega gozosa y vida de
Tu evangelio
Recuérdame continuamente
Que la fe que deseo irradiar
la he recibido de ti
Como don gratuito.
Hazme verdadero educador
De la fe,
Atento a la voz de tu palabra,
Amigo leal y sincero de los demás,
Especialmente de mis compañeros
Catequistas
Que sea el Espíritu Santo quienConduzca mi vida;
Para que no deje de buscarte y
Predicarte para que no me venza
La pereza y el egoísmo
Para combatir la tristeza.
Señor, te sirvo a ti y a la Iglesia
Unido a tu Madre María;
Que como ella, yo sepa guardar tu
palabra y ponerla al servicio del
Mundo. AMEN

martes, 14 de agosto de 2012






                     DIA DEL NIÑO
Este Domingo pasado, 12 de Agosto se Celebró el Día del Niño, nuestra Parroquia,comunidad y Merendero María Auxiliadora, fueron los anfitriones este año, fue una hermosa fiesta, la cual fue posible con la colaboración de la Junta Local y de su Secretario,que proporcionaron. tortas, pizas y bebidas, del Centro MEC, que colaboró con dos animadores que llegaron de Montevideo, la Panaderia Manos Unidas, que donó una riquisima y hermosa torta (no pude poner la foto), y la comunidad, fue un día de mucha animación, diversión, la alegría de los niños, contagió a los adultos, quienes tambien nos sumamos a los juegos. A todos muchas gracias.
Ya estamos trabajando para el 6 de Enero, tambien para el viaje en Noviembre, a Cerro Chato con los niños de Catequesis, tambien estamos comenzando en la Parroquia cursos de computación gratis para niños y jovenes.
Nosotros vemos en los niños realmente, la concrección de una sociedad nueva, pacifica, armoniosa, servicial, misericordiosa, una sociedad que ame con el corazón a Jesús, Señor y Dios nuestro,para eso la Catequesis y la fuerza de la Comunidad, son vitales.
Abramos las puerta de la Iglesia a todos los niños. " DEJEN QUE LOS NIÑOS VENGAN A MI"
QUE EL AMOR DEL SEÑOR ESTE CON TODOS USTEDES.

SAN LORENZO PATRONO DE LOS DIÁCONOS PERMANENTES
EL 10 de Agosto, los Diáconos Permanentes de nuestra Diocesis, acompañados por nuestras esposas, compartimos, con nuestro Obispo, Monseñor Heriberto, una hermosa jornada, de oración, formación, confraternidad y celebramos juntos con la comunidad de San José Obrero de Melo, que nos recibió, la Santa Misa.
Fue una oportunidad también para encontrarnos con nuestro hermano Nestor, Diacono de Melo, quien hacia unos días había sufrido un accidente de tránsito , llendo con su familia, pero está bien, gracias a Dios, lo mismo que su familia.
Comenzamos la jornada con una Oración, Jesús Pan de Vida , donde meditamos y compartimos, luego Monseñor encaró como tema para la mañana. Concilio Vaticano II, donde hizo una hermosa exposición, contestando numerosas preguntas y aclarando dudas, luego de un sabroso almuerzo ( como nos tiene acostumbrados Tina), el tema de la tarde se centró en la celebración en ausencia de Sacerdotes.
Luego nos diriguimos a la Parroquia San José Obrero, donde nos esperaba el P. Miguel y su Comunidad, luego de la Santa Misa, la comunidad nos agasajó, con lo sabroso que habían preparado.
Vivimos una hermosa jornada, donde compartimos con el hermano y nos alimentamos de JESUS PAN DE VIDA.
Para reconocer al Señor como tal debe ser desde nuestro corazón, quiera Dios, que a ejemplo de nuestro Santo Patrono, tambien nosotros, los Diáconos, nos ocupemos con amor y desvelo de los "tesoros de la Iglesia", ellos son los más desposeidos, enfermos, marginados, los que están solos, los encarcelados, sus familias y sus victimas, los que viven en situación de calle, y podemos seguir enumerando la lista es larga.
Que el Señor los Bendiga un abrazo en Cristo.

sábado, 11 de agosto de 2012




JESUS PAN DE VIDA

El Evangelio de este Domingo  nos trae las murmuraciones que hicieron los que oyeron a Jesús hablar de ese “pan”: “¿No es este Jesús, el hijo de José? ¿Acaso no conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo es que nos dice ahora que ha bajado del Cielo?”Al no tener fe, ni tampoco la confianza que la fe genera, tenían que escandalizarse. No confiaron en la palabra de Jesús y enseguida se pusieron a revisar su origen. Y, confiando en sus propios razonamientos, concluyeron que Jesús no podía haber venido del Cielo. A veces nosotros también confiamos más en nuestros razonamientos que en las cosas “imposibles”, que sólo se entienden y se aceptan en fe. Como la Eucaristía, ese “Pan” bajado del Cielo. Cuando escuchamos o leemos el discurso del Pan de Vida, como siempre que leemos los textos evangélicos, espontáneamente nos ponemos de parte de Jesús y enfrente de sus oponentes. Pero es bueno que tratemos de situarnos también en el punto de vista de los que alzan objeciones a las palabras de Cristo, porque esas objeciones expresan dificultades reales, no sólo de los hombres de aquel tiempo (fariseos, saduceos o pueblo sencillo), sino de los oyentes de Jesús de todos los tiempos: son también nuestras propias objeciones, las que nos dificultan acoger el mensaje de Jesús en su integridad, como verdad vital y no sólo como dogma teórico, alejado de lo que realmente nos ocupa y nos preocupa.


Jesús acaba de decir que el maná que comió el pueblo judío en el desierto no es el verdadero pan del cielo, sino que él mismo en persona es el verdadero maná. Una afirmación así no podía no chocar fuertemente con la mentalidad de los judíos piadosos que le escuchaban. Jesús estaba diciendo que uno de los referentes esenciales de la fe de Israel, uno de los iconos intocables de su identidad como pueblo elegido, ligado esencialmente a la experiencia fundamental de la liberación de Egipto y prueba de la solicitud de Dios hacia él, no era más que un símbolo pálido y provisional de una realidad mucho más importante y decisiva, la que proporcionaba la verdadera y definitiva liberación, y que esta realidad era su persona, su propia carne. La sorpresa, el trauma, el rechazo a esas palabras son fáciles de entender. Para todo pueblo, nación o grupo social hay “cosas que no se deben tocar”, que están investidas de carácter sagrado. No se puede, por ejemplo, minimizar o negar el significado histórico de nuestro Exódo, o de la figura de Artigas o la Cruzada de los 33 Orientales aquí cada cual, según su peculiar identidad cultural, nacional o ideológica, debe pensar qué tiene por intocable. Para Israel la salida de Egipto, el éxodo, el maná, Moisés… eran arquetipos indiscutibles de la identidad colectiva. Y Jesús, que no los negaba, venía a rebajarlos para ponerse a sí mismo por encima de ellos. ¿Qué no le consentiría yo a Jesús “tocar” de mis iconos personales o grupales?

Cuando alguien se atreve a hacer algo así, nuestra reacción más espontánea es reprocharle al atrevido: “Pero, éste, ¿quién se habrá creído que es?” Y esa es justamente la reacción de aquella gente: “¿No es éste Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?” Este reproche revela que estas gentes conocían a Jesús “según la carne”, es decir, eran paisanos suyos, vecinos, algunos, probablemente, familiares. Que uno que es como nosotros, al que conocemos bien, se ponga por encima no sólo de los demás, sino de “lo más sagrado”, no es fácil de aceptar. Y es el hecho mismo de conocerlo bien por cercanía geográfica, cultural o familiar lo que nos autoriza a ponerlo en cuestión.La respuesta de Jesús revela una verdad más profunda. Por la carne, esto es, de manera meramente humana, no podemos llegar a conocer quién es él realmente. Podremos admirar su persona, reconocer sus méritos, su doctrina, su capacidad para obrar signos milagrosos, su calidad de rabino o profeta. Podremos incluso enorgullecernos de que uno al que conocemos bien sea capaz de tales cosas (como sucede con los méritos, por ejemplo, deportivos de nuestros paisanos o connacionales, que los consideramos nuestros: “hemos ganado una medalla”, decimos). Pero esto es todo lo que da de sí el conocimiento natural. Para reconocer la verdad que hay en Jesús, su procedencia divina, hay que ponerse en otra actitud, abrirse a dimensiones nuevas: hay que dejarse llevar por el Padre, ponerse en actitud de escucha, de aceptación y de acogida, en actitud de fe. Hay en esto algo de paradójico: por la carne no podemos reconocerlo como Mesías, enviado por el Padre; sólo por la fe podemos reconocer en él la presencia de Dios en la carne. Y sólo aceptando esta presencia del Dios (al que nadie ha visto nunca) en la carne podemos superar la debilidad de nuestra carne (nuestra debilidad física y moral): Jesús la alimenta con su divinidad y abre para nosotros la perspectiva de la resurrección de la carne.Sólo desde la fe podemos entender esta pretensión, aparentemente desmedida de Jesús, de ponerse por encima de los grandes referentes salvíficos de Israel (y cualesquiera otros). Como en el caso de Elías en la primera lectura, el maná es un pan material que ayuda a atravesar el desierto; pero Cristo es un pan que nos da fuerzas para el camino de la vida y también para atravesar victoriosos el trance de la muerte, de manera que ésta, que ayudarnos a encontrar sentidos más o menos parciales, a atravesar algunos desiertos, pero no hay nada en el mundo que pueda salvarnos radicalmente, que nos alimente para la vida eterna; sólo Jesús, el “pan bajado parece vencer, deje de tener poder sobre nosotros.No hay ningún icono nacional o cultural, ningún acontecimiento histórico (de esos que conforman una identidad colectiva), ninguna ideología, capaz de superar el límite infranqueable de la muerte. Todas esas cosas tienen su valor y pueden alimentarnos y del cielo”.Cuando comprendemos en fe esta verdad caemos en la cuenta de lo peligroso que puede ser reducir el cristianismo a una identidad cultural, por ejemplo “occidental”, para contraponerla a otras y defender así “nuestros valores”. Aunque haya ahí una cierta verdad, igual que los paisanos de Jesús lo conocían realmente según la carne, se trata de una reducción que puede impedir dar el paso de la fe, al hacer de las verdades cristianas meros “iconos” particulares de ciertos pueblos y culturas, y no la apertura incondicional al Dios Padre de todos que se nos ha manifestado en la carne de Jesucristo, en esa carne que nos une a todos en la común condición humana.Creer en la encarnación del Hijo de Dios, y en su presencia eucarística, en la que nos da su carne y la prenda de la resurrección, significa saber que a Dios no le es indiferente nuestra vida, que quiere participar en ella y que la nuestra participe en la suya, de manera que no sólo “sobrevivamos” a la muerte, sino que alcancemos la vida en plenitud. Y, por eso mismo, a Dios no le es indiferente cómo vivimos. Con nuestro modo de vida podemos alegrarlo o entristecerlo. Si en nuestra existencia hay motivos para la ira y los enfados (y, mirando a nuestro alrededor, nos puede parecer que hay muchos motivos para ello), Pablo nos recuerda que hay muchos más motivos para la bondad, la comprensión y el perdón. Para ello basta que miremos a Cristo, que lo escuchemos, que nos dejemos alimentar por él, o, por decirlo con las palabras de Pablo, que lo imitemos y tratemos de amar con el mismo amor que él nos amó hasta entregarse a sí mismo como oblación y víctima de suave olor. Es esta oblación realizada en la cruz la que se nos da en el pan de la Eucarística, que nos enseña a vivir una vida también eucarística, entregada por amor.Que el Señor aparte de nosotros todo aquello que no nos permite, reconocerlo desde el corazón, como realmente el Hijo de Dios, nuestro Señor, el Pan Vivo, el que da vida eterna. Que busquemos siempre de ese Pan. QUE LA PAZ Y EL AMOR DEL SEÑOR, PAN DE VIDA, ESTE SIEMPRE CONTIGO Y TU FAMILIA. JESÚS TE AMA , CORRESPONDE A ESE AMOR.


domingo, 5 de agosto de 2012


JESUS PAN DE VIDA

Jesús se marchó al monte ,solo, cuando vinieron a hacerlo rey. Pero la multitud no ceja en su empeño y sigue buscándolo. Jesús, decíamos la semana pasada, desaparece a veces de nuestra vista precisamente porque queremos apoderarnos de él, ponerlo al servicio de nuestros intereses, manipularlo. Además, esas desapariciones nos fuerzan a seguir buscándolo, y esto nos da ocasión de poner al descubierto nuestro ser
“Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto a las ollas de carne y comíamos pan hasta saciarnos”.
Ese reproche de la Primera Lectura, es contra Dios mismo, también hoy nosotros cuantas veces, nos preguntamos ante las adversidades. ¿ para qué habré nacido?, o ¿Dónde está Dios?
Si nos va bien todo está bien con Dios, pero si no, ya se tambalea nuestra fe, Jesús deja de ser el Pan Vivo, y justamente este es nuestro error, el dudar de nuestro Salvador y Señor. Nuestra vida debe ser una búsqueda continúa del Señor, y cuando lo encontramos debemos adherirnos a Él, para ya no desprendernos más.
En el Evangelio de este Domingo, el Señor se define como el Pan Vivo, no como el que comieron en el desierto, nuestros antepasados.
Desean hacer Rey al Señor, y él desaparece, a los ojos de los hombres esto es incomprensible, que hombre no desea ser rey. Pero Jesús, conoce sus intenciones, es el egoísmo, no lo hacen por su fe, sino para sacar provecho, tener quien los alimente y cuide gratis, y eso se los reprocha el Señor, y luego del reproche les hace una catequesis, les explica, que busquen el verdadero pan , el que da vida eterna y que ese pan es él, les hace ver que actúan mal, pero no los abandona, les abre los ojos, él se da gratuitamente, para los que creen realmente, los que reconocen con el corazón que es el Hijo de DIOS
                                             (SAN AGUSTÍN)


¡Oh Salvador mío, fuente inagotable de dulzura y de bondad! No piense yo más que en Vos. Cuando al mismo tiempo que a Vos se ama cualquiera otra cosa, ya no se os ama, ¡oh Dios mío!, con verdadero amor. ¡ Oh amor lleno de dulzura, dulzura llena de amor, amor exento de penas y seguido de infinidad de placeres; amor tan puro y tan sincero que subsiste en todos los siglos; amor cuyo ardor no hay cosa que pueda apagar ni entibiar! ¡ Jesús, mi adorable Salvador, cuyas bondades, cuyas dulzuras son incomparables, caridad tan perfecta como que sois nada menos que mi Dios! Véame yo abrasado en vuestras divinas llamas, de suerte que no sienta ya más que aquellos torrentes de dulzuras, de placeres, de delicias y de alegría, pero de una alegría enteramente justa, enteramente casta, pura, santa y seguida de aquella perfecta paz que solamente en Vos se encuentra. Sea yo abrasado en las llamas de aquel amor, ¡oh Dios mío!, con todo el afecto de mi corazón y de mi alma. No quiero, bien mío, no quiero en lo sucesivo más amor que el vuestro. Amén.
QUE DIOS LOS BENDIGA, FELIZ DOMINGO