domingo, 24 de abril de 2011

Hoy renovamos nuestra fe. Entendemos las Escrituras y creemos, como María Magdalena, como Pedro y “el otro discípulo”, que Cristo vive y está muy dentro de nosotros. El transforma nuestra vida. En el Bautismo fuimos incorporados a la muerte y resurrección de Cristo. Su suerte desde entonces será la nuestra. Hoy es un día para celebrar y festejar, para hacer fiesta con los hermanos. Hoy es día para vivir comunicando esperanza en que la muerte no podrá con la vida porque Dios está con nosotros, empuja en nuestra misma dirección. Esta es la razón más profunda de nuestra fe y nuestra esperanza. La duda y la tristeza de los discípulos al creer que se habían llevado a Jesús se tornó en alegría. Creemos en el Dios de la vida y eso nos hace cultivadores y guardianes, protectores de la vida y de la fraternidad. Hoy es un día para salir al mundo y gritar con nuestro testimonio y con nuestro estilo de vida: “¡Aleluya! ¡Aleluya!

¡Feliz Pascua de Resurrección! Que el encuentro con Cristo Resucitado sea para nosotros un motivo para vivir, para esperar y para creer que Dios está a nuestro favor

viernes, 22 de abril de 2011

VIERNES SANTO
Cuando surge el sufrimiento en nuestra vida, nos preguntamos espontáneamente: «¿Por qué?». Podríamos pensar que aquel que viniera al mundo para revelarnos el designio de Dios sobre nuestra existencia y mostrarnos el verdadero camino jamás habría empleado esta interrogante. En realidad, nunca ha existido un «¿Por qué» que haya sacudido del mismo modo el universo, provocando al cielo, como aquel que salió de la boca de Jesús crucificado. En este grito, todos los «por qué» de los hombres encuentran su máxima expresión. Aun cuando el Padre pareciera ausente, no habría podido permanecer sordo ante la voz de su propio Hijo. Elevado desde la cruz, el «¿por qué?» tenía una enorme resonancia; estaba seguro de obtener una respuesta válida para todos, respuesta definitiva a todas las interrogantes que suben del corazón a los labios de tantos hombres.

Aquel que sufre desea saber por qué sufre. Únicamente a Dios puede dirigir con insistencia la pregunta, porque con su omnipotencia Él es responsable de todos los hechos que condicionan la vida humana. Se trata de un Dios que es Padre y manifiesta su afecto paterno con las intervenciones de su Providencia. Preguntarse «¿por qué?» significa por tanto preguntarse por qué un amor tan grande no nos ahorra los dolores. Plantear semejante pregunta puede parecer un reproche, una señal de descontento, una acusación que pone en duda la bondad divina. Y sin embargo el solo hecho de preguntarse «¿por qué?» no expresa reproche ni crítica; es la apertura de un diálogo. La intención de tener más luz y comprender mejor es perfectamente legítima. Dios mismo dio al hombre la inteligencia, con la capacidad de hacer preguntas; quiso compartir con él la sabiduría, que es su tesoro divino. En la cruz, el Hijo de Dios mostró que el hombre tiene derecho a preguntarse «¿por qué?»; con su ejemplo, alentó a los hombres por el camino de esta audacia, testimonio de un amor filial lleno de confianza.
El «¿por qué?» pronunciado por aquel que fuera elevado en la cruz entraba en él marco de la intimidad filial que une a Jesús con el Padre y no podía ser señal de un afecto filial menor. Contribuía a revelar el misterio del Hijo. Ciertamente, en el momento del Calvario, el Padre permaneció en silencio; no hizo sentir su propia voz en respuesta a la pregunta del Hijo. No hay alusiones a la misma en los relatos evangélicos, como en el momento del bautismo o la Transfiguración; pero el evento del tercer día basta para mostrar la acogida del Padre a la plegaria del Hijo: nada faltó en el triunfo de la resurrección.
El «¿por qué?» de la cruz era peculiar no sólo por el hecho de ser pronunciado por el Hijo en el sacrificio de salvación, sino también por ser el grito de un inocente. Como tal, Jesús no habría podido merecer un castigo de sufrimiento y muerte. En su caso, la santidad era perfecta, jamás disminuida ni ofuscada por el pecado. En sus dolores, da testimonio de que el sufrimiento no es dado en proporción a los pecados cometidos. Jesús además recibió la respuesta más completa, respuesta que sólo podía llegar después de la muerte. Con la resurrección, todas las perspectivas se transformaron; pero permanece la verdad de Jesús debiendo enfrentar la muerte en las condiciones ordinarias de la vida terrenal. Por este motivo, el «¿por qué?» pronunciado en la cruz es cercano a nuestros «¿por qué»? y nos arroja nueva luz sobre el significado de todos los aspectos dolorosos de nuestra vida

martes, 19 de abril de 2011


MARTE SANTO


El Señor disipa con su Luz, las tinieblas de la noche Gestos que vemos en el Evangelio de hoy: el Amor de Jesús y la traición de Judas. “Era de noche”. Las horas del día significan en el Evangelio de Juan estados del espíritu, momentos teológicos. Para Jesús, para los discípulos, para el mundo “era de noche”. Las fuerzas del mal se ciernen en torno a Jesús y su grupo. Pero la causa de la noche más profunda en el ánimo de Jesús es que “uno de los suyos” lo va a entregar. La sorpresa y la perplejidad de los discípulos no son comparables con la conmoción profunda del Maestro. ¿Qué se siente cuando tu amigo, el que ha compartido contigo grandes momentos, de alegría y de dificultad, al que has confiado tu corazón, te traiciona? Judas no es un advenedizo. El mismo Jesús lo había elegido, fue uno de aquellos a los que “quiso para estar con Él y enviarlo a predicar”, haciéndolo partícipe de su poder benéfico. Hasta el final Jesús mantiene la esperanza y le dirige un gesto amistoso cargado de afecto profundo al darle el pan untado. Era de noche cuando Judas salió del cenáculo. Era de noche en el espíritu de Jesús porque su amigo Judas se alejaba de Él. Una situación así era casi imposible de comprender. El mal había hecho blanco en el círculo de los más íntimos. Incluso el corazón generoso de Pedro será presa del pánico, hasta la negación obstinada de su amistad con el Señor.

Y, en medio de la noche, Jesús nos sorprende hablando de “glorificación”. La oscuridad reinante no puede destruir la luz; el mal con todo el absurdo que comporta no puede disolver el sentido que, de momento, sin embargo, los discípulos no aciertan a comprender. puede ser que en parte también para Jesús. Pero Jesús, pese a su profunda conmoción, se sobrepone y ve la luz en la oscuridad, rememora la elección y la llamada: “el Señor me llamó”, “pronunció mi nombre”, “tú eres mi hijo amado”; se sabe en manos de su Padre y se confía a Él. Sentimos la opresión de la noche porque tenemos conciencia de que existe la luz. Jesús mismo es la luz que ha venido a las tinieblas de nuestro mundo y de nuestra historia, que de tantas formas nos envuelven a cada uno. Dios no nos las ahorra, sino que nos visita en ellas. Jesús es la luz de las naciones, aunque es de noche, nos trae la luz de la salvación precisamente porque es de noche
Que el Señor perdone nuestras traiciones, nos aparte de nuestras noches, su Luz nos ilumine, para que también nosotros seamos luz para otros. Que su Amor esté siempre con nosotros

domingo, 17 de abril de 2011

DOMINGO DE RAMOS, DE LA PASION DEL SEÑOR
El Domingo de Ramos es el comienzo de un nuevo Tiempo Litúrgico: Semana Santa, Tiempo Pascual

Es una oportunidad para proclamar a Jesús como el rey y centro de nuestras vidas. Debemos parecernos a esa gente de Jerusalén que se entusiasmó por seguir a Cristo. Decir “que viva mi Cristo, que viva mi rey...” Es un día en el que le podemos decir a Cristo que nosotros también queremos seguirlo, aunque tengamos que sufrir o morir por Él. Que queremos que sea el rey de nuestra vida, de nuestra familia, de nuestra patria y del mundo entero. Queremos que sea nuestro amigo en todos los momentos de nuestra vida.
Hoy celebramos la entrada de Jesús en Jerusalén, que manifiesta la venida del Reino en el Rey Mesías. Pero Jesús no conquista la ciudad por la violencia sino por la humildad y el amor. Por eso viene montado en burrito y es recibido por los niños y los humildes de corazón. Su reino no será impuesto sino que se inaugura con la Pascua de su Muerte y de su Resurrección. Quienes lo acepten por amor serán los miembros de su reino.
Los ramos no son algo así como un talismán o un simple objeto bendito, sino el signo de la participación gozosa en el rito procesional, expresión de la fe de la Iglesia en Cristo, Mesías y Señor, que va hacia la muerte para la salvación de todos los hombres. Por eso, este domingo tiene un doble carácter, de gloria y de sufrimiento, que es lo propio del Misterio Pascual.
Hermanos vivimos un tiempo difícil, de temor, incertidumbre, pérdida de valores, desmembramiento de la familia, juventud desnorteada, y todo esto es porque nos hemos apartado de Jesús, muchas veces prescindimos de él, que este Domingo de Ramos también sea como en Jerusalén, su entrada gloriosa en nuestro corazón, que Él guié nuestras vidas.
La fe es un Don que Dios nos da, por la fe, creemos en lo que no vemos, que El Señor aumente nuestra fe, para que cada día busquemos servirlo con más entusiasmo, más ardor, más amor.

FELIZ SEMANA SANTA, QUE LA RESURRECCION DEL SEÑOR SEA NUESTRA RESURRECCION EN LA FE

sábado, 9 de abril de 2011


5to. DOMINGO DE CUARESMA

Realmente tenemos un gran apego a la vida, aunque estemos insatisfechos, aún asi nos apegamos a esta vida y pasamos
años luchando por vivir. Nos agarramos a la ciencia y, sobre todo, a la medicina para prolongar esta vida biológica, pero siempre llega una última enfermedad de la que nadie nos puede curar.
Para nosotros los católicos hay una gran esperanza. LA RESURRECCION, REALMENTE HAY VIDA DESPUÇES DE ESTA VIDA, así lo afirma el Señor.
En Cuaresma no podía faltar este hermoso relato de la Resurrección de Lázaro, ( Juan, 11, 1-45)
En esta resurrección no es únicamente la de Lázaro, es también la nuestra. En este relato vemos el dolor de Jesús, dice que lloró.
El Señor prepara a los discípulos primero y luego a Marta(hermana de Lázaro), para el gesto que va a realizar. Y lo realiza realmente para Gloria del Padre.
Cabe preguntarnos ¿fue realmente lo de Lázaro una resurrección... o podríamos llamarla más bien una “revivificación”? 
Sucede que a Lázaro el Señor lo devolvió de la muerte hacia la misma vida que había vivido antes.  Lázaro volvió para estar en este mundo, regresó al mismo sitio donde vivía.  En efecto, San Juan Evangelista nos narra más adelante que, después de este milagro del Señor, muchos judíos fueron a Betania  - sitio donde había vivido Lázaro- no solamente para ver a Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado de entre los muertos Un resucitado no vuelve a morir.  Un revivido sí vuelve a morir.  Entonces... ¿fue lo de Lázaro “resurrección”? ...  Realmente no, pues la resurrección es algo muchísimo mejor que revivir; es muchísimo mejor que volver a esta misma vida: resurrección es volver a una vida infinitamente superior a la que ahora vivimos.
  Y ¿en qué consiste realmente la resurrección?  Según el Catecismo de la Iglesia Católica,  la muerte es la separación del alma y el cuerpo.  Con la muerte, el cuerpo humano cae en la corrupción, mientras que su alma va al encuentro con Dios, en espera de reunirse posteriormente con su cuerpo, pero será entonces, un cuerpo glorificado ( cfr. #997).Es decir que en la resurrección nuestra alma se unirá a nuestro mismo cuerpo, pero éste no será igual al que ahora tenemos -sino infinitamente mejor-  pues será un “cuerpo de gloria” (Flp. 3, 21).   Será un cuerpo que ya no volverá a envejecer, ni a enfermar, ni a sufrir, ni tampoco que volverá a morir.   Será un cuerpo inmortal, que ya no estará sujeto a la corrupción ni a ningún tipo de decadencia.  Será un “cuerpo espiritual”  (1a.Cor. 15, 44).Pero... ¿cuándo será nuestra resurrección?  Nos dice el Catecismo de la Iglesia Católica que sin duda será en el “último día”; “al fin del mundo” ... “cuando se dé la señal por la voz del Arcángel, el propio Señor bajará del Cielo, al son de la trompeta divina.  Los que murieron en Cristo resucitarán en primer lugar”  (1a.Ts. 4, 16)   No debemos confundir Resurrección con re-  encarnación .Recordemos, primero que todo que la re-encarnación está negada en la Biblia Además, está condenada por la Iglesia Católica.  Sin embargo ese mito-y lo llamamos mito, pues es algo falso, imposible de realizarse- contempla la vuelta a esta misma vida, pero con una diferencia:  quienes creen en esto, creen que volverán a otro cuerpo distinto del que antes tenían, cuerpo que -por supuesto- estaría sujeto a la corrupción y decadencia propia de la vida humana.  Pero si tenemos la promesa del Señor de nuestra futura resurrección, ¿cómo puede ser, entonces, que hombres y mujeres de esta época, algunos inclusive cristianos y católicos, puedan estar pensando que es más atractiva la re-encarnación que la resurrección que Cristo el Señor nos promete
No debemos tener ninguna duda. JESUS ES EL SEÑOR DE LA VIDA, Y EL NOS  PROMETE LA VIDA ETERNA QUE ES LA RESURRECCION.
 FELIZ DOMINGO QUE EL SEÑOR LOS BENDIGA

jueves, 7 de abril de 2011

REINAGURACIÓN MERENDERO MARIA AUXILIADORA
Ayer miercoles 6, se vivio una hermosa fiesta en nuestra Parroquia, era la presentación del nuevo equipamiento del merendero y las reformas edilicias realizadas, nos acompañó mucha gente y autoridades locales y departamentales, Padre David, que nos acompañó, fue el encargado de la Bendición. Termino una etapa, ahora comienza otra la inaguración del Rincón del P. Vicente, y luego otra que será el nuevo parque infantil, con hamacas, subibajas y toboganes. Un agradecimiento a quienes colaboraron para hacer posible esto