domingo, 24 de abril de 2011

Hoy renovamos nuestra fe. Entendemos las Escrituras y creemos, como María Magdalena, como Pedro y “el otro discípulo”, que Cristo vive y está muy dentro de nosotros. El transforma nuestra vida. En el Bautismo fuimos incorporados a la muerte y resurrección de Cristo. Su suerte desde entonces será la nuestra. Hoy es un día para celebrar y festejar, para hacer fiesta con los hermanos. Hoy es día para vivir comunicando esperanza en que la muerte no podrá con la vida porque Dios está con nosotros, empuja en nuestra misma dirección. Esta es la razón más profunda de nuestra fe y nuestra esperanza. La duda y la tristeza de los discípulos al creer que se habían llevado a Jesús se tornó en alegría. Creemos en el Dios de la vida y eso nos hace cultivadores y guardianes, protectores de la vida y de la fraternidad. Hoy es un día para salir al mundo y gritar con nuestro testimonio y con nuestro estilo de vida: “¡Aleluya! ¡Aleluya!

¡Feliz Pascua de Resurrección! Que el encuentro con Cristo Resucitado sea para nosotros un motivo para vivir, para esperar y para creer que Dios está a nuestro favor

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