miércoles, 15 de junio de 2011

SANTISIMA TRINIDAD


La Santísima Trinidad es el misterio central de la fe y de la vida cristiana. Es el misterio de Dios en sí mismo. la revelación de Dios: tanto ha amado al mundo que llegó a la donación hecha redención en su Hijo Unigénito. El cristiano bautizado es testigo, confidente del misterio trinitario. La Iglesia conserva este dogma como el misterio más profundo que le confió el Señor y lo mantiene, en la oración, como herencia viva y preciosa a través de los siglos.

Dios se ha dado a conocer como comunión de vida y de amor: un Dios que en sí mismo no está aislado es Padre, Hijo y Espíritu Santo. La comunión trinitaria en Dios es la realidad más profunda y más perfecta. No es posible comprenderla con la inteligencia humana porque es un misterio.
En una sociedad como la nuestra, que por una parte tiene sed del misterio de Dios, pero por otra, se aleja de la práctica litúrgica y sacramental de la Iglesia, nos conviene ayudar a nuestros fieles a descubrir por experiencia las maravillas y tesoros de nuestra fe en la Trinidad. No basta una formulación teórica -que también es importante-. No basta saber que Dios es uno en tres personas, es necesario que este misterio se viva de corazón tanto en lo personal como en lo comunitario
Debemos promover todo aquello que ayude para que nuestros fieles sientan y experimenten el amor de Dios Padre, la amistad profunda y generosa con Cristo Señor, la presencia amorosa del “dulce huésped de sus almas”.
Me sorprende lo poco que se habla de Dios, y aún menos de la Santísima Trinidad, y no me estoy refiriendo únicamente a los que son del mundo, sino también en muchos casos a nuestras Comunidades. Tenemos un tesoro inapreciable, regalo de Dios Padre y Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, el motor que mueve a nuestra Iglesia y a nosotros.
Me pregunto:¿Creemos realmente en un único Dios(Padre, Hijo y Espíritu Santo)?. ¿Vivimos y anunciamos en lo que creemos?
Que esta Oración. Encarne en nosotros, para vivir en plenitud el gran Misterio de la Santísima Trinidad, y que: EL AMOR DE DIOS PADRE, LA GRACIA DE NUESTRO SEÑOR Y LA COMUNION DEL ESPIRITU SANTO , LOS ILUMINE, GUIE, BENDIGA Y CONSUELE
"Dios mío, Trinidad que adoro, ayúdame a olvidarme enteramente de mí mismo para establecerme en ti, inmóvil y apacible como si mi alma estuviera ya en la eternidad; que nada pueda turbar mi paz, ni hacerme salir de ti, mi inmutable, sino que cada minuto me lleve más lejos en la profundidad de tu Misterio. Pacifica mi alma. Haz de ella tu cielo, tu morada amada y el lugar de tu reposo. Que yo no te deje jamás solo en ella, sino que yo esté allí enteramente, totalmente despierta en mi fe, en adoración, entregada sin reservas a tu acción creadora". (Oración de la Beata Isabel de la Trinidad).

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