Parabola del llamado a trabajar en la Viña del Señor
Nos hemos acostumbrado tanto , a la lucha por las reivindicaciones sociales, salario digno, a igualdad de trabajo y de tiempo , salario correspondiente, por eso la Parábola de este Domingo, nos desequilibra, si intentamos entenderla desde el punto de vista humano, no lo vamos a lograr, esta Parábola no presenta a Dios como un patrón caprichoso, que hace lo que quiere con su dinero
. Al principio se describen las contrataciones tal como sucedían en la realidad cotidiana; al final, en cambio, la actitud extraña y provocativa del dueño exige que pasemos a comprender el relato desde otra óptica, desde la óptica de Dios.
«El Reino de los cielos se parece a…» algo muy raro, algo que no se da en nuestro mundo, a la generosidad infinita de Dios. y nos pide que nosotros también dejemos de contar y compararnos con tanta precisión, que nos dediquemos a trabajar su viña con espíritu misericordioso, generoso ,sin buscar recompensa, y con el deseo sincero y profundo de Servir al Señor, sirviendo al hermano
Todos son llamados, todos sin excepción, porque no es lo importante la cantidad de trabajo, el número de horas, sino la posibilidad misma de trabajar, de vivir, totalmente entregado a Dios. La auténtica recompensa no es el denario, el jornal; el verdadero don de Dios es poder seguirlo, poder estar trabajando por el Reino
El Señor llama a todos por igual, ojala todos puedan oír y responder con prontitud a ese llamado, para hacer de la Viña del Señor un lugar donde valga la pena vivir, donde se contemplen los derechos de todos nuestros hermanos, y cada cual pueda mantener a su familia con dignidad, donde se de la solidaridad y el amor, donde seamos capaces de amar como Dios nos ama
Dios nos ama tanto y es tan misericordioso que regala el Cielo y la salvación por igual a los que le siguen desde el principio con rectitud, que a los que le encuentran más tarde o se desvían el camino, si al final se vuelven de nuevo hacia Él.
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