miércoles, 25 de agosto de 2010

DIACONOS PERMANENTES

El Diaconado Permanente es una Formación profunda y obligatoria de cada candidato, antes de su Ordenación y luego de ésta.
Cumpliendo esto es que este fin de semana estuvimos reunidos en un buen número los Diáconos Permanente, de las distintas Diócesis, en la Casa de Retiros de la ciudad de Florida, con Monseñor Hermes Garín, Presidente de la Comisión Nacional para el Diaconado Permanente, en nuestro País. Fue un encuentro hermoso, motivador, fraterno, espiritual. Nos acompañaron nuestras esposas, lo que aportó, no solo el toque femenino y hermoso, sino la riqueza de sus reflexiones. Lo tratado fueron temas que atañen a nuestro Ministerio. Fueron 2 formadas de mucho trabajo, donde no faltó la Oración y la Eucaristía, pero también un fogón con mucho humor.
Y en el día de hoy nos reunimos, acá en Charqueada los Diáconos Permanente y esposas, de nuestra Diócesis, con nuestro Obispo, Monseñor Heriberto Godeant, Nos acompañaron el D.P. Jorge Vargas y su señora Luisa, de Montevideo, fue una jornada de Formación, guiada por Jorge, muy amena, ilustrativa, uno de los temas tratados fue: LA FORMACION PERMANENTE DE LOS DIÁCONOS EN LA IGLESIA LATINOAMERICANA, Y Documentos Eclesiales, que hacen referencia a dicha Formación. Culminamos con la Eucaristía. Damos Gracias a Dios, por la alegría de recibir a estos hermanos y hermanas, en nuestra Parroquia, y a cada uno de ellos por su valioso aporte. Q ue el Señor nos ilumine para que cada día podamos cumplir su voluntad, con entusiasmo, fervor y amor.

domingo, 15 de agosto de 2010

DEDIQUEMOS EL DOMINGO AL SEÑOR


Desde el comienzo del Cristianismo ha sido una costumbre celebrar el Día del Señor, el Domingo, porque el Señor Resucitó un Domingo, y luego de su Resurrección se presenta a sus Apóstoles, que estaban reunidos , encerrados por temor a las represalias , un Domingo, y como el Apóstol Tomás no estaba con ellos y manifestó que si no lo veía y no lo tocaba y ponía sus dedos en sus llagas no lo creería, al próximo Domingo el Señor se vuelve a presentar y le dice a Tomás que lo toque, que ponga sus dedos en sus llagas y además le dice que en adelante no sea tan incrédulo. El domingo ha sido el día dedicado al Señor por los cristianos, que han respetado esto a través de los siglos, pero lamentablemente desde hace unos años esto ha cambiado, parece que las prioridades de muchos católicos son otras, o tal vez no tengan necesidad del encuentro con el Señor. Lo más triste es que muchos pretenden justificarse diciendo que no tienen tiempo. Que ironía, no tienen tiempo para aquél que dio su vida por nosotros, el que sufrió martirio, desprecio, insultos, latigazos y muerte en Cruz, para redimirnos de nuestros pecados, por Amor a nosotros, pero hoy no tenemos tiempo para él, o ya no es importante respetar esa tradición de nuestra Santa Iglesia.

Hoy vivimos nuestra existencia preocupados en la búsqueda de una felicidad efímera, en un mundo que nos reconoce y valora por lo que tenemos, y cada uno vive su existencia encerrado en si mismo y esto sumado al temor, al miedo, por la violencia generalizada en nuestra sociedad, la falta de respeto por la propiedad ajena, por el destrozo que hace el alcohol, o la pasta base. Vivimos en una sociedad que no nos gusta y talvez todo esto ocurra porque nos hemos olvidado de Dios, o lo que es peor talvez no lo necesitamos, ilusos de nosotros, que por nuestros actos o por permitirlos hemos ido construyendo un mundo independiente de Dios, donde lo espiritual no tiene cabida, solo importa lo material, aún no esta todo perdido, busquemos al Señor, que El sea el eje de nuestra vida, como lo fue para nuestros antepasados, cambiemos nuestra sociedad, dejémosle un mundo mejor a nuestros hijos y nietos, volvamos a creer, a tener fe en el que es Verdad, Camino y Vida, Jesús el Hijo de Dios. Pero no esperemos que todo nos caiga del cielo, pongamos nosotros manos a la obra, recobremos nuestros valores, y dediquemos el domingo al Señor, vayamos al Templo a escuchar su Palabra, para descubrir que nos quiere decir. Que todos los bautizados sean la luz de Cristo.

Feliz Domingo Hermanos. EL SEÑOR LOS AMA

sábado, 14 de agosto de 2010

LA VIRGEN MARIA MADRE DE DIOS


«Salve, Señora, santa Reina, santa Madre de Dios, María, que eres Virgen hecha Iglesia y elegida por el santísimo Padre del cielo, a la cual consagró Él con su santísimo amado Hijo y el Espíritu Santo Paráclito, en la cual estuvo y está toda la plenitud de la gracia y todo bien» (San Francisco, Saludo a la B.V. María).

El Concilio de Nicea declaró que Jesucristo es consustancial al Padre, es decir, verdadero Dios.

La doctrina de la maternidad divina se encuentra desde los inicios del cristianismo, por ejemplo San Ignacio de Antioquia a fines del siglo I en su epístola a los Efesios dice: Dios Nuestro Señor Jesucristo nació del seno de María, según la dispensación de Dios, de la semilla de David, por el poder del Espíritu Santo

El dogma católico de la Inmaculada Concepción fue definido con las siguientes palabras: Después de ofrecer sin interrupción a Dios Padre, por medio de su Hijo, con humildad y penitencia, nuestras privadas oraciones y las públicas de la Iglesia, para que se dignase dirigir y afianzar nuestra mente con la virtud del Espíritu Santo, implorando el auxilio de toda corte celestial, e invocando con gemidos el Espíritu Paráclito, e inspirándonoslo Él mismo, para honra de la santa e individua Trinidad, para gloria y prez de la Virgen Madre de Dios, para exaltación de la fe católica y aumento de la cristiana religión, con la autoridad de nuestro Señor Jesucristo, con la de los santos apóstoles Pedro y Pablo, y con la nuestra: declaramos, afirmamos y definimos que ha sido revelada por Dios, y de consiguiente, que debe ser creída firme y constantemente por todos los fieles, la doctrina que sostiene que «la Santísima Virgen María fue preservada inmune de toda mancha de culpa original, en el primer instante de su concepción, por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención a los méritos de Jesucristo, Salvador del género humano». Por lo cual, si algunos presumieren sentir en su corazón contra los que Nos hemos definido, que Dios no lo permita, tengan entendido y sepan además que se condenan por su propia sentencia, que han naufragado en la fe, y que se han separado de la unidad de la Iglesia, y que además, si osaren manifestar de palabra o por escrito o de otra cualquiera manera externa lo que sintieren en su corazón, por lo mismo quedan sujetos a las penas establecidas por el dereBula Dogmática Ineffabilis Deus, Pío IX

Desde el comienzo del Cristianismo, la Virgen María estuvo siempre con los Apóstoles, como la Gran Discípula de su Hijo, Nuestro Señor, luego de su Asunción al Cielo, es la gran intercesora y protectora, de todos nosotros.

Damos Gracias a Dios por la gran Devoción de nuestro pueblo diocesano, a la Santísima Virgen María, le pedimos a Ella que nos conduzca a su Hijo Amadísimo, que proteja y preserve de toda tentación a los consagrados de nuestra Diócesis

Oración a María
Aquí viene, aquí llega,
es María, es la Madre,
la humilde, la buena,
la que viene cargada de Amor.
La que enjuga las lágrimas de sus hijos
y consuela con su Amor tan Maternal,
la que da felicidad a cada alma,
la ampara y le da su Corazón.
La que tiene en los brazos a su Niño
y nos lleva a los brazos del Señor,
nos quiere hacer dignos del cielo
abriendo nuestro Corazón.
¡Con quién te puedo comparar Madre,
si no tienes ni tendrás comparación !
Al verte, todo se borra, todo se apaga,
porque veo tu Luz y siento tu Amor.
Oradle:
Ven Jesús, que estoy arrepentido
de mis faltas y mis pecados,
ven a mí, no te detengas,
que Tu salvarás mi vida.
Amén.

miércoles, 4 de agosto de 2010

                                            Controversia fe y razón


La controversia entre la fe y la razón no ha sido pacífica a través de los tiempos. La búsqueda del hombre por el sentido de la existencia ha generado desde tiempos inmemoriales ,respuestas alternativas a las creencias religiosas como hizo, por ejemplo, Aristóteles. Esa alternativa es mejor conocida como filosofía y, en su camino legítimo de buscar respuestas, ha cuestionado en muchas ocasiones los dogmas de fe, primero de las antiguas religiones politeístas como los dioses del panteón griego y después los grandes sistemas religiosos que persisten en la actualidad.
La intensa actividad de la filosofía y el paulatino desarrollo de la ciencia, ha hecho que muchos sistemas religiosos se vean obligados a responder las inquietudes naturales del hombre frente a lo que cree. ¿Existe Dios? Si existe ¿Dónde está? ¿Cómo es? ¿Qué hay después de la muerte? son preguntas comunes a la filosofía y la teología y ambas buscan respuestas que sean convincentes a la mente racional del hombre.
Para nosotros los católicos estas interrogantes tienen su repuesta: creemos en Dios por el Testimonio que Nuestro Señor dio a los Apóstoles y que recogen los evangelistas (Mateo, Marcos, Lucas y Juan)
Para que este Evangelio se conservara siempre vivo y entero en la Iglesia, los Apóstoles nombraron como sucesores a los obispos, dejándoles su cargo en el magisterio
En efecto, la predicación apostólica, expresada de un modo especial en los libros sagrados, se ha de conservar por transmisión continua hasta el fin de los tiempos
Esta transmisión viva, llevada a cabo en el Espíritu Santo es llamada la Tradición ,en cuanto distinta de la Sagrada Escritura, aunque estrechamente ligada a ella. Por ella, la Iglesia con su enseñanza, su vida, su culto, conserva y transmite a todas las edades lo que es y lo que cree: Las palabras de los Santos Padres atestiguan la presencia viva de esta Tradición, cuyas riquezas van pasando a la práctica y a la vida de la Iglesia que cree y ora
Así, la comunicación que el Padre ha hecho de sí mismo por su Verbo en el Espíritu Santo sigue presente y activa en la Iglesia: Dios, que habló en otros tiempos, sigue conversando siempre con la Esposa de su Hijo amado; así el Espíritu Santo, por quien la voz viva del Evangelio resuena en la Iglesia, y por ella en el mundo entero, va introduciendo a los fieles en la verdad plena y hace que habite en ellos intensamente la palabra de Cristo
Para el catolicismo, la fe es la respuesta del hombre a Dios que se revela y se entrega a él, dando al mismo tiempo una luz sobreabundante al hombre que busca el sentido último de su vida.
La Biblia define expresamente la fe en la Carta a los Hebreos: «La fe es certeza de lo que se espera; la convicción de lo que no se ve» (Heb 11:1).
La fe teológica es una virtud sobrenatural por la cual creemos es verdadero lo que Dios ha Revelado, no por la verdad intrínseca de las cosas a la luz natural de la razón, sino por la autoridad de Dios que las revela, y que la Iglesia propone. Por la fe el hombre se entrega entera y libremente a Dios’ Por eso el creyente se esfuerza por conocer y hacer la voluntad de Dios. ‘El justo vivirá por la fe’ . La fe viva ‘actúa por la caridad’
El don de la fe permanece en el que no ha pecado contra ella. Pero, "la fe sin obras está muerta" (St 2, 26): privada de la esperanza y de la caridad, la fe no une plenamente al fiel a Cristo ni hace de él un miembro vivo de su Cuerpo.
El discípulo de Cristo no debe sólo guardar la fe y vivir de ella sino también profesarla, testimoniarla con firmeza y difundirla: ‘Todos vivan preparados para confesar a Cristo delante de los hombres y a seguirle por el camino de la cruz en medio de las persecuciones que nunca faltan a la Iglesia. El servicio y el testimonio de la fe son requeridos para la salvación: ‘Todo aquel que se declare por mí ante los hombres, yo también me declararé por él ante mi Padre que está en los cielos; pero a quien me niegue ante los hombres, le negaré yo también ante mi Padre que está en los cielos’ (Mt 10, 32-33).
Espero que estas palabras nos hagan meditar, sobre nuestra fe, nuestro compromiso como Bautizado,como servidores, como evangelizadores, como misioneros. Y ese SI que le demos a Cristo sea el trampolín para la vida eterna.