JESUS EL BUEN PASTOR
Este Domingo, corresponde al Buen Pastor, para ir meditando
En la Primera lectura ( Hechos 2,14ª, 36-41), Pedro, el mismo que negó por miedo al Señor, pero se arrepintió y lloró amargamente, al cual el Señor resucitado le pregunta por 3 veces si lo ama y que apaciente sus ovejas Ahora, con la fuerza del Espíritu Santo, ya no teme más por su vida y les habla con valentía a los israelitas, les hace ver la injusticia que cometieron, al entregar a Jesús, ( el que solo hizo el bien) al que condenaron y mataron en Cruz, pero Dios lo Resucitó. Dios a hecho Señor y Cristo al que ustedes crucificaron. Arrepentidos preguntan:¿ qué tenemos que hacer? Arrepiéntanse de corazón, conviértanse y reciban el Bautismo en el nombre del Señor
La afirmación del Señorío de Cristo es dicha con tal fuerza y convicción que los oyentes se sienten conmovidos. Ellos comprenden que la adhesión a la nueva fe supone un cambio en sus vidas. Creer en Jesús , sin que esto cambie algo en el comportamiento del creyente no tiene ningún sentido. Pedro pide a sus oyentes que le den un giro a sus vidas. Dar un giro (como si fuera media vuelta) sobre el camino para ponerse de cara a Dios. Es así como se obtiene el perdón de los pecados y la reconciliación con Dios, pero igualmente el Espíritu Santo, el don supremo que hace participar al creyente en la misma vida de Dios. Convertirse es morir a la vida vieja y nacer a la nueva
La predicación de Pedro tiene éxito: mucha gente se adhiere al Señor Jesús mediante el bautismo, una vez que le preguntan: “¿Qué tenemos que hacer?”.
Segunda lectura: 1 Pedro 2,20b-25
Como idea central del pasaje, Pedro propone vivir el sufrimiento a la manera de Jesús: no hay que responder mal por mal, no se trata de aniquilar al adversario. En Cristo nada es “contra” nosotros sino que todo es “por nosotros”.
La razón por la cual se escoge esta lectura para hoy está en la última frase: “Andaban extraviados como ovejas, pero ahora volvieron al pastor y guardián de su vida”
El Evangelio corresponde a Juan 10,1-10
Después de habernos presentado durante tres domingos la resurrección del Señor, a través de los relatos de sus manifestaciones a los discípulos, la liturgia de hoy nos invita a contemplarlo viviente en calidad de Pastor de la Iglesia, ‘Pastor de los pastores de las ovejas’, que le indica al rebaño y a los pastores el camino a seguir.
En la Biblia el termino Pastor tiene gran significado, a los gobernante se los consideraba pastores, pero el Señor muestra lo que es un verdadero pastor, por eso se proclama EL BUEN PASTOR, PORQUE DA LA VIDA POR SUS OVEJAS, LAS CONOCE Y ELLAS LO CONOCEN A EL, PERO TAMBIEN DICE QUIENES SON LAS OVEJAS, LAS QUE ESCUCHAN SU VOZ Y LO SIGUEN, son las que siguen al Señor y no siguen a un extraño
No sólo se afirma que no seguirán a los extraños sino que “huirán” de ellos aterradas .Una cosa es la indiferencia frente al extraño y otra es la fuga.
Esta última actitud puede ser leída en dos planos:
Teniendo en cuenta que no se reconoce la voz de los extraños, se puede entender como capacidad, discernimiento por parte del discípulo del Señor: el discípulo aprende a distinguir lo que proviene o no del Señor.
Teniendo en cuenta el término fuga, como carrera.
Como vía contraria, se puede entender como un apartarse decididamente o, mejor aún, como toma de decisión radical y profética frente a todo aquello que no va de acuerdo con el Camino de Vida.
Para que el Señor sea nuestro Buen Pastor, es necesario, proclamarlo con los labios, con la fe que nace en nuestro corazón, confiar en Él y seguirlo. Porque como dice el Apóstol Pablo, después de encontrarnos con Él, ya no soy yo quien vive en mi, es Jesús. Y si vivimos, vivimos para Jesús y si morimos, morimos para Jesús.
Queridos hermanos quise enviar esta meditación con tiempo, para que busquen los pasajes en la Biblia, anoten lo que les llama la atención y mediten, dejen que la Palabra se abra camino en ustedes.
FELIZ SEMANA, QUE EL SEÑOR RESUCITADO LOS BENDIGA.