martes, 5 de junio de 2012


PARTIR, REPARTIR Y COMPARTIR
La Eucaristía no puede ser, entre nosotros, una ceremonia más, rutinaria y vacía. La Eucaristía recuerda y renueva el don de Jesús, su entrega a la muerte, consecuencia del odio de los poderosos y manifestación de su extremo amor. La Eucaristía renueva también el compromiso sellado con sangre de quienes han decidido hacer de la vida y la muerte de Jesús la norma de la propia vida., para realmente vivir la Eucaristía y ser seguidor del Señor, debemos vivir en comunidad, comunidad en la cual se vivan los valores de . PARTIR, REPARTIR Y COMPARTIR.

El Señor nos dice. No basta con que me digan Señor, Señor, para entrar en el Reino de los Cielos, la condición es: CONOCER LA PALABRA, VIVIR LA PALABRA Y ANUNCIAR LA PALABRA.

También es ser parte del mundo en que vivimos, conocer nuestra realidad, no somos forasteros, debemos interesarnos, por los problemas que nos afectan como sociedad y como comunidad, el Señor nos pide que nos ocupemos de los más necesitados, ocuparnos de ellos en lo material, pero también en lo afectivo, llevarles la Nueva Buena, el Amor de Dios. Anunciarles que Dios los Ama, a cada uno, ayudarlos a descubrir el Amor de Dios, acompañarlos en el proceso de conocer la Palabra, debemos Anunciar la Palabra pero también ayudarlos a que la comprendan y a que ellos la vivan.

La Santa Iglesia Católica, está llamada a ser en nuestro tiempo, de dudas, incertidumbre, temores, el gran faro,(ser la luz de Cristo) que se abre paso en las tinieblas, que guie al perdido, que señale el camino para que nadie se pierda .

El Señor le pide a su Padre que no se pierda ninguno de los que les ha dado, también nosotros debemos rogarle al Señor que no se pierda ninguno de nuestros hermanos, que seamos instrumento para llevarles la palabra y prepararlos para que accedan a la Mesa del Señor.

QUE EL SEÑOR, NUESTRO DIOS LOS ILUMINE Y BENDIGA

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