miércoles, 2 de junio de 2010

El Papa pide que se prosiga el camino hacia el desarme nuclear
Llamamiento ante la
Octava Conferencia de Revisión del Tratado de No Proliferación
Al término de la Audiencia general, en la plaza de San Pedro, el miércoles 5 de mayo el Papa se dirigió a los par-ticipantes en la Conferencia Quinque-nal de Revisión del Tratado de No Proliferación Nuclear, reunida en Nue-va York.
El proceso hacia un desarme nuclear concertado y seguro está estrechamente conectado con el pleno y solícito cum-plimiento de los compromisos interna-cionales. La paz, de hecho, reposa sobre la confianza y sobre el respeto de las obligaciones asumidas, y no sólo sobre el equilibrio de las fuerzas", afirmó.
"Con este espíritu, animo las iniciativas que persiguen un progresivo desarme y la creación de zonas libres de armas nucleares, en la perspectiva de su completa eliminación del planeta".
"Exhorto, finalmente, a todos los participantes en la reunión de Nueva York a superar los condicionamientos de la historia y a tejer pacientemente la trama política y económica de la paz, para ayudar al desarrollo humano integral y a las auténticas aspiraciones de los pueblos", concluyó.
Gareth Evans, Copresidente de la Comisión Internacional para la No Pro-liferación y el Desarme Nuclear, advierte que “si estas armas siguen existiendo, antes o después se usarán: por equivocación, por error de cálculo o inten-cionalmente… Cualquier uso que se haga de ellas será catastrófico para la vida de este planeta como la conocemos".
Dar prioridad a la agricultura para eliminar el hambre

Propuso la Santa Sede en la Conferencia de la FAO para América Latina
Monseñor Renato Volante, Observador permanente de la Santa Sede ante la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), propuso dar prioridad a la agricultura para eliminar el hambre, en la 31 Confe-rencia Regional celebrada en la Ciudad de Panamá del 26 al 30 de abril.
El representante vaticano dijo que "la garantía de la seguridad alimentaria sigue siendo un tema central", y des-tacó que en esta región hay señales posi-tivas "que demuestran la eficacia de las estrategias generales de desarrollo ru-ral, de las políticas de reforma agraria y de las diversas iniciativas actuales en áreas concretas para eliminar el hambre y la malnutrición".
El prelado señaló que en el compromiso futuro "parece emerger con mayor fuerza el papel central de la agricultura en la actividad económica y su aportación determinante a un desarrollo realmente sostenible".
Y subrayó que "la Santa Sede está convencida de que la falta de atención hacia tal orientación podría limitar los resultados esperados, sobre todo allí donde pesan con más fuerza el subdesarrollo, la desnutrición y la degradación ambiental".
Concluyó reiterando la "disponibilidad de la Iglesia católica, de sus conocidas estructuras y formas de organización" a contribuir al esfuerzo de la FAO, conscientes, dijo citando la encíclica Caritas in Veritate, de que "eliminar el hambre en el mundo se ha convertido -en la era de la globalización- también en una meta a perseguir para salvaguardar la paz y la estabilidad del planeta".
Contemplación y acción:
defensa de los pobres y de la vida
El Papa supera la histórica dicotomía de católicos comprometidos en lo social
Desde Fátima, Benedicto XVI presentó un programa para los cristianos com-prometidos en lo social, en el que supera la histórica división entre los que ven como algo excluyente la contemplación y la acción. Asimismo, el Pontífice exigió superar la dicotomía que ha contrapuesto el compromiso a favor de la justicia social y la defensa de la vida humana. De esta manera sintetizó las enseñanzas que ha presentado en sus cinco años de pontificado con sus tres encíclicas, al mantener un encuentro con las organizaciones de pastoral social.
La doctrina social de la Iglesia, aclaró, "no es un mero co-nocimiento intelectual, sino una sabiduría que dé sabor y con-dimento, que ofrezca creatividad a las vías teóricas y prácticas para afrontar una crisis tan amplia y compleja como la actual".
"Que las instituciones de la Iglesia, junto con todas las orga-nizaciones no eclesiales, mejoren la capacidad de conocimiento y orientación para una nueva y grandiosa dinámica, que lleve hasta esa 'civilización del amor', de la cual Dios ha puesto la semilla en cada pueblo y en cada cultura".
"Las numerosas e insistentes peticiones de ayuda y atención que nos presentan los pobres y marginados de la sociedad nos impulsan a buscar soluciones que respondan a la lógica de la eficacia, del resultado visible y de la publicidad. Ahora bien: la síntesis entre contemplación y acción es absolutamente necesaria para poder servir a Cristo en la humanidad que os espera. En este mundo dividido, se impone a todos una profunda y genuina unidad de corazón, de espíritu y de acción".

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