viernes, 25 de marzo de 2011

MEDITAMOS SOBRE EL TERCER DOMINGO DE CUARESMA


El Evangelio, es el conocido como Jesús y la samaritana

. Muchos más creyeron por lo que dijo él, y decían a la mujer:
Ya no creemos por lo que tú cuentas; nosotros mismos lo hemos estado oyendo y sabemos que éste es realmente el salvador del mundo.

En este Tercer Domingo el Evangelio, nos presenta un hermoso diálogo entre el Señor y una mujer samaritana. Judios y samaritanos estaban enemistados, no se podían ni ver, por eso la extrañeza de la mujer cuando el Señor le pide de beber.
Ella no tiene nombre propio; representa a Samaría, que pretende apagar su sed en su antigua tradición. Encuentro del Mesías con Samaría a solas .Dame de beber: Jesús pide una muestra de solidaridad en el nivel humano elemental, que une a los hombres por encima de las culturas y de las barreras políticas y religiosas.
Él quiere superar la enemistad ofreciendo un don mayor que el que pide. El don de Dios es Jesús mismo. El agua viva simboliza el Espíritu. Extrañeza de la mujer, no conoce más agua que la de la Ley (el pozo) y piensa que ha de extraerse con esfuerzo humano. Desconoce la gratuidad del Amor de Dios Jesús ofrece a todos su agua/Espíritu, que puede satisfacer las aspiraciones más profundas del hombre ,el Espíritu es un manantial interno, no externo como la Ley/pozo; el hombre recibe vida en su raíz misma (dentro); manantial perenne que da vida y fecundidad, desarrollando a cada uno en su dimensión personal. La Ley, externa y genérica, despersonaliza; el Espíritu personaliza y comunica una vida que supera la muerte (definitiva). La mujer, dispuesta a abandonar el pozo de la Ley/tradición, que no calma su sed.
Jesús Anuncia un tiempo nuevo, ya no más Ley y Profetas, ya no más culto Judit o samaritano, hay un único Culto y es el Culto a Dios .Pero ese culto a Dios no puede ser si no se reconoce al Señor como El Mesías, el Hijo de Dios.
Que hermosa es la conversión que la mujer va teniendo, confía, cree y anuncia a los suyos, y los suyos a través de ella se acercan a conocer, ver y oír al Señor. Que también nosotros nos acerquemos y al oír la Palabra, creamos.

QUE EL SEÑOR NOS AUMENTE LA FE

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