lunes, 23 de enero de 2012

DIOS SIEMPRE ESTA OBRANDO EN EL MUNDO

Dios siempre está obrando en el mundo.

Busca una relación de amor, con cada uno de sus hijos, o sea con cada uno de nosotros, una relación personal de Padre a hijo.
Nos habla por el Espíritu Santo, por la Biblia, por la oración, por distintas circunstancias y la iglesia para revelarnos sus propósitos y sus maneras.
Un día Dios nos invita a juntarnos con El, en lo que está haciendo en el mundo. Nos llama a hacer lo que puédanos hacer, por simple que sea; siempre nos llama a colaborar con Él en su obra continua. Tampoco las necesidades del mundo son el llamado de Dios, más bien se deben ver como las oportunidades de hoy, a colaborar con Dios en la edificación de su Reino, el que ya está instaurado entre nosotros por obra de Nuestro Señor Jesús. Dios no nos pide nada imposible, Él conoce nuestras limitaciones y las respeta, pero desea que busquemos nuestra santidad, la cual está en seguirlo, buscarlo, que Él sea nuestra prioridad. Dios no nos pide que abandonemos todo para seguirlo (familia, trabajo, posesiones, etc), si nos pide que nuestra prioridad sea Él.
La invitación de Dios a que nos unamos con Él, siempre nos lleva a una crisis en lo que creemos lo cual nos exige fe y la fe nos impulsa a la acción. La acción son nuestras obras en pos de los demás, pero hechas por amor y no para figurar nosotros
Para seguir a Dios en su Obra y colaborar con Él, siempre tendremos que hacer ajustes mayores en nuestra vida, familia y carrera, o trabajo. Ya no corre más el no tengo tiempo, el llamado es imperioso y espera una repuesta inmediata nuestra. Como la repuesta que tuvo de los primeros Apóstoles que llamó: Pedro, Andrés, Juan y Santiago, los llama a ser pescadores de hombres, dejan todo y lo siguen inmediatamente. Sería bueno preguntarnos cada uno: ¿hasta dónde estoy dispuesto a seguir al Señor?
¿Llamado, Pero Adonde?
A lo mejor a otro país o quizás sólo a la casa de al lado. Antes de nada no nos llama a un lugar más bien a una persona.
La Vocación no es sólo lo que tú quieres ser y hacer, es ante todo lo que Dios quiere que tú seas y hagas; no es algo que tú inventas, es algo que encuentras; no es el proyecto que tú tienes sobre ti mismo, es el proyecto que Dios tiene sobre ti .
Por eso, para descubrir tu vocación, lo primero que debes hacer es dialogar con Dios: orar. Sólo mediante la oración podrás encontrar lo que Dios quiere de ti. En la oración, el Espíritu Santo afina tu oído para que puedas escuchar: "Habla, que tu siervo escucha"
Sólo en el diálogo con Jesús podrás oír su voz que te llama: "ven y sígueme"(Lc 18,22); o bien, escucharás que te dice: "vuelve a tu casa y refiere lo que Dios ha hecho por ti" (Lc. 8,38)
Hoy día lamentablemente se habla poco de Dios, por eso el llamado es a anunciarlo. HA CREER EN LA PALABRA A ANUNCIAR LO QUE SE CREE Y A VIVIR LO QUE SE ANUNCIA.


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