lunes, 3 de enero de 2011

SANTA MARIA MADRE DE DIOS


El pasado 1 de Enero nuestra Santa Iglesia vivió la Solemnidad de Santa María Madre de Dios.
En nuestra Parroquia el Homenaje se lo hicimos en la Imagen que está en el Río, y aprovechamos para Bendecir e inaugurar junto a la Comunidad las reformas que se habían hecho en el lugar.
Nuestra gente guarda gran respecto, admiración, devoción y amor a la Madre de Dios. La Virgen María trasciende lo meramente Cristiano católico, y no es sorpresa encontrar gente que se define como atea y que ama a la Virgen. En el mes de la Virgen todas las puertas de los distintos hogares se abrieron para recibir a la Madre de Dios.

Quiero compartir con ustedes estas Palabras de un gran Papa, de quien fuera muy amado por el pueblo católico y respetado y querido por los no católicos, la gran figura del Siglo XX, JUAN PABLO II.

La contemplación del misterio del nacimiento del Salvador ha impulsado al pueblo cristiano no sólo a dirigirse a la Virgen Santísima como a la Madre de Jesús, sino también a reconocerla como Madre de Dios. Esa verdad fue profundizada y percibida, ya desde los primeros siglos de la era cristiana, como parte integrante del patrimonio de la fe de la Iglesia, hasta el punto de que fue proclamada solemnemente en el año 431 por el Concilio de Éfeso.
En la primera comunidad cristiana, mientras crece entre los discípulos la conciencia de que Jesús es el Hijo de Dios, resulta cada vez más claro que María es la Theotokos, la Madre de Dios. Se trata de un título que no aparece explícitamente en los textos evangélicos, aunque en ellos se habla de la «Madre de Jesús» y se afirma que él es Dios (Jn 20,28; ver 5,18; 10,30.33). Por lo demás, presentan a María como Madre del Emmanuel, que significa Dios con nosotros (ver Mt 1,22-23).
Ya en el siglo III, como se deduce de un antiguo testimonio escrito, los cristianos de Egipto se dirigían a María con esta oración: «Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios: no desoigas la oración de tus hijos necesitados; líbranos de todo peligro, oh siempre Virgen gloriosa y bendita». En este antiguo testimonio aparece por primera vez de forma explícita la expresión Theotokos, «Madre de Dios.

Como pueblo que camina al encuentro de su Salvador, Roguemos a Santa María, para que sea nuestra “CAPITANA Y GUIA”

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